Corría alrededor de la banca en el cual se encontraba sentado mi hermano. La verdad que desde hace mucho no salia a jugar y entretenerme un rato.
Después de tanto correr me llegué a cansar, así que me tire en el pasto del parque boca arriba observando el cielo, sonreí un momento para luego cerrar mis ojos.
-Oye Hiro, ¿Podemos volver aqui mañana?- dije con el tipico tono de voz que casi siempre uso, el añiñadito.